
En Madrid seguimos con una situación educativa de provisionalidad. Todavía no hemos firmado los horarios, por lo que no podemos recurrirlos como nos piden los sindicatos. Nuestro Instituto funcionaba y funciona bien. Tenemos buenos alumnos, buenos profesores y buenas familias. Esto por sí solo no daría resultados, pero todos hemos entendido que estamos en el mismo barco y llevamos muchos años remando en la misma dirección. El timón de este barco se lleva desde las tutorías. Cada tutor está comprometido con su grupo, se trabaja la mediación, se escucha mucho a los alumnos, a veces decimos que les tenemos un poco mimados. Realmente el trato es como a todos nos gustaría que nos trataran. Y cuando hay un problema llamamos a los padres, juntos tratamos de resolverlo, nunca un padre ha dado la razón a su hijo en contra del profesor. En nuestra comunidad educativa estamos juntos, tanto cuando todo va bien, como ahora en estos momentos difíciles.
Vamos juntos a la manifestación bajo la pancarta de nuestro centro, me alegra ver a mis alumnos junto a sus padres y a los profesores luchar por la enseñanza pública y de calidad que se da en su centro.
Pero la Comunidad de Madrid ha creado un clima de conflicto que finalmente va a repercutir en la buena marcha del Centro. Comenzamos sin hora de tutoría, ahora se ha hecho un apaño de sesiones quincenales. Se han suspendido las actividades extraescolares y algunos profesores se niegan a hacer la reunión de padres de principio de curso …. Y si bien es verdad que la culpa la tiene la Consejería de Educación, la realidad es que tenemos que resolver los problemas diarios y de obligado cumplimiento. Soplan vientos difíciles y yo me siento cansada para seguir remando.
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