Las ranas
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y dos cayeron en un hoyo profundo. Las demas se reunieron alrededor del hoyo. Al ver que el hoyo era hondo, les gritaban a las dos ranas que debían darse por muertas. Las dos ranas no hicieron caso y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las demás insistían que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Las demás ranas continuaban gritándole que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritabamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que la estaban animando a esforzarse más para salir del hoyo.
Moraleja:
La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida con alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo al finalizar el día.
Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.
Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.
(La lengua tiene poder de vida y muerte. Tengamos cuidado con lo que decimos pero, especialmente, con lo que escuchamos.....
En la NASA, hay un poster de una abeja, el cual dice así:
"Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no esta hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe"
Este es un cuento que explica muy bien el sentido ecológico de las palabras, como afecta lo que se dice en el entorno en el que se produce
ResponderEliminarQue hay que tener cuidado con lo que se dice, desde luego
Que más cuidado hay que tener con lo que se entiende, también
ALFONSO
Estoy muy de acuerdo con el cuento de las ranitas.
ResponderEliminarAlbert Einstein destacó la importancia de tener confianza en las posibilidades de éxito de cualquier ser humano. Incidía en la idea de que la voluntad y la perseverancia son capaces de conducir a una persona hacia su meta, siempre y cuando no se encontrara en el camino a alguien que le dijera que no era capaz.
PILAR LINARES