lunes, 2 de enero de 2012

VIAJES

Llegar por la noche a Lanzarote tal vez sea una ventaja, no se ve lo cerca que está la pista de aterrizaje del mar, la circulación hasta la capital es rápida, y los papeleos para instalarse rápidos.
                                                           
ARRECIFE
A la mañana siguiente está todo por descubrir y comenzar por la capital, Arrecife, es tan buena idea como cualquier otra. El nombre de la capital es aclaratorio donde los haya, los arrecifes están por doquier, se van dejando atrás al caminar por el paseo que en dirección sur lleva más allá del aeropuerto. Este paseo bordeando el mar, es utilizado por los turistas para hacer fotografías de la panza de los aviones cuando aterrizan o despegan.


 

GUIRI haciendo el indio
Al final del trayecto el giri de arriba

POLVORETAS
            Lanzarote dispone diversas rutas de subida a volcanes, eso si pocas sombras donde guarecerse, la subida a la Corona  desde el pueblo, Ye, es una de ellas. Dejamos el coche en la iglesia del pueblo, y buscamos algún camino que nos lleve entre los sembrados de viñas al volcán, que según la guía editada que tenemos, es un camino sencillo.  Encontrado el camino, sito a no más de doscientos metros de la iglesia. La subida se realiza por un camino descarnado, entre viñas protegidas por piedras negras porosas y puntiagudas, que se sujetan unas a otras, sin argamasa y  con la misma consistencia y ganas que se sujeta el velcro. Han sido bautizadas como polvoretas.
 
                                                                 RONDALLA                
            Casi no merece la pena indicar sitios, todo es un sitio, tanto en los núcleos de población, como en terreno abierto está lleno de rincones recoletos y lugares donde descansar la vista.

                                                                       ARRECIFE

             Si desde un alto bajas a un valle, se puede comprobar la cantidad de bancales, aún usados y otros que por mor del turismo, más rentable, han sido abandonados.
Tabaiba, planta endémica
    En la Corona, volcán.
              La isla está cuidada, se nota que un vigilante respetado y respetable, vigilaba lo que se hacía, me refiero a Manrique, arquitecto comprometido con su isla, y talento a espuertas. Esta isla quemada de edificios blancos, centrada con un entorno trabajado, cambiado el paisaje por la mano del hombre, con la idea de la subsistencia, ingeniándoselas para que la sequía no les venciera, por medio de pequeños cráteres donde poníame sus viñas, sus higueras o sus chumberas para la cría de la cochinilla, el color rojo de los tejidos tenía que hacerse con estos pequeños insectos.
                                                                Desde el camino de subida a la Corona            
Estos cráteres que acumulan humedad y protegen de los vientos, están formados por piedras porosas que llegan a la rodilla, y el cráter propiamente dicho por “picón” piedra volcánica triturada, encargada de absorber el rocío e impedir su evaporación en los momentos de calor.
                                                                     
            El alquiler del coche barato, barato, 24€ diarios, con medio depósito de gasolina se da vuelta a la isla.
                                                                             
                        Dentro de un par de días más puntos de vista sobre Lanzarote

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